MÉXICO, DF(Agencias) ¿Por qué hay días que no podemos hacer algo hasta que nos tomamos un café? ¿Por qué hay días que no queremos chocolate, sino lo necesitamos, y qué pasa con todas las historias de antojos de embarazadas?

Según un artículo del portal www.muyinteresante.com.mx, las personas a menudo asumen que los antojos son importantes mensajes del cuerpo que nos advierten nuestras deficiencias nutricionales. Pero de acuerdo con la psicóloga Eva Kemps, de la Universidad de Flinders, en Australia, eso no es completamente cierto.

Mientras que existen algunas circunstancias extrañas donde la deficiencia de ciertos nutrientes provoca antojos, por ejemplo en una condición conocida como pica, cuando a mujeres embarazadas y niños les apetece, y algunas veces, comen cosas raras como hielo, tierra o arena. Sin embargo Kemps asegura que en ocasiones las emociones y memorias son responsables del deseo por ciertos alimentos.

De acuerdo a su investigación en los comedores emociones se trata más de estar ansioso, aburrido, estresado o solitario y sentir la necesidad de comer para sentirse mejor.

Esto explica porque algunas veces la necesidad de comer alimentos dulces llega a nosotros y los antojos pueden ser más difíciles de combatir en las mujeres debido a sus ciclos menstruales.

Para la investigación la psicóloga y su equipo entrevistaron a 130 sujetos, descubrieron que su sentido de la vista es mucho más importante en la formación de un antojo que el sonido o el tacto. E imaginar el sabor y el olor evidentemente, también eran determinantes importantes.

A partir de los resultados, descubrieron que los antojos se pueden reducir manipulando lo que los participantes veían, sin importar que el estimulo visual fuera absorbente (ej. jugar Tetris) o no (ej. mirar la estática en la televisión).

Kemps afirmó que la interferencia visual podría ayudar a reducir cualquier tipo de imaginario que se tiene de la comida que quieres o que se te antoja.

Los resultados, publicados en el diario Current Directions in Psychological Science, podrían derivar en el desarrollo de técnicas para tratar trastornos alimenticios, evitando que los pacientes coman compulsivamente.