“La Mumi fue un mártir que defendió su honor”, sentenció la abuela psicóloga de Angeles Rawson, María Inés Castelli, ante el tribunal el miércoles pasado. Además, recordó el día en que encontraron el cuerpo de su nieta: “Mi hija se cayó y yo, inmersa en todo mi dolor, agradecí que apareciera. Yo tenía mucho miedo de que no supiéramos nunca qué había pasado. Por eso, bendigo a la persona que abrió la bolsa y encontró a Angeles”.
En referencia a Jorge Mangeri, el único acusado, destacó que lo vio el día en que apareció el cuerpo de Angeles y en la fiscalía, el día que el portero quedó detenido. “Ingresó con su señora. La mujer estaba muy nerviosa y asustada porque no entendía por qué habían llevado a su marido ahí. Yo traté de calmarla y le dije que todo se iba a aclarar”, rememoró Castelli. Y con respecto al presunto asesino de Angeles opinó: “Una cosa es matar y otra es calcular fríamente qué hacer para desaparecer el cuerpo”.
Esa misma jornada, Juan Cruz Rawson, hermano de Angeles, contó que “antes de todo esto éramos una familia bastante feliz”. Recordó que con Mumi eran “muy compinches” y que era su “amiga”. “Muchos me preguntan –reflexionó Juan Cruz– porqué a Mangeri lo llamo Jorge y mi psicóloga me dijo que es para demostrarle la confianza que le teníamos”.