El 1% de las crucinas que denuncia violencia intrafamiliar, se atreve …


13:48 hrs. Viernes 02 de octubre de 2015

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Aunque la mayoría se arrepiente con la excusa de que "ya no me pega"

LA CRUZ.- Una asistente social, una psicóloga y una abogada, conforman el equipo que ha atendido más de 150 sesiones con mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar durante este año en la Municipalidad de La Cruz, de las cuales, una mayoría aplastante prefieren guardar silencio.

Tamara Bustos, encargada del Departamento Social, explica que el fenómeno de la violencia en contra de la mujer tiene muchas aristas en las cuales la víctima no se atreve a dar pasos concretos en contra del agresor.

"La primera es justamente el no atreverse a denunciar al sujeto. Por miedo, por falta de autoestima, por dependencia económica, muchas se quedan calladas. El segundo punto es que cuando se atreven a denunciarlo, muchas se retractan, no acuden al tribunal o simplemente desaparecen. Y lo último es que muy pocas son las que finalmente buscan separarse del individuo. Esos son puntos muy marcados en este tipo de casos", cuenta la asistente social, que detalló además que la mayoría de las mujeres solo identifican la violencia física y no consideran que sus parejas ejercen sobre ellas violencia económica, sexual y psicológica.

Cuando llegan a denunciar, comienza la labor de la Municipalidad a través de la orientación psicológica y legal, ayuda que es absolutamente gratuita. El ámbito legal lo aborda la abogada Myriam Báez, mientras que el trabajo psicológico está a cargo de Daniela Fuentes.

Para esta última profesional, si bien lo desarrollado hasta ahora las tiene conformes, el tema de las mujeres que se retractan de sus denuncias sigue estando presente. No solo en los casos que reciben a nivel municipal sino también en las denuncias que llegan a los tribunales de familia.

"Las mujeres que llegan a pedir ayuda, llegan muchas veces desesperadas por desahogarse en una primera instancia. Pero después de este proceso en que se sientan y cuentan sus problemas con la pareja, se hace muy difícil que esas mujeres vuelvan. Muchas veces por el miedo de haber ido a la municipalidad o al tribunal. Entonces, dejan los teléfonos anotados, nosotros las llamamos para contactarlas pero no contestan", revela la psicóloga.

En estricto rigor, Daniela Fuentes asegura que son muy pocas las mujeres que finalmente están decididas a llegar a una instancia judicial, a un procedimiento simplificado, a pedir el divorcio o al alejamiento del agresor.

"Digamos que debe ser el 1% solamente. Pero esto no pasa sólo en La Cruz, pasa en lo mismo en todo Chile, es una realidad de país en que la minoría de las mujeres denuncia. Y una minoría de esa minoría es la que quiere buscar soluciones a sus problemas de violencia", agregó.

"YA NO ME PEGA"

Consultada sobre los motivos que llevan a víctima a mantenerse bajo este tipo de vida, la psicóloga expuso que "comúnmente son mujeres acostumbradas a la violencia, que vienen de familias violentas, donde fueron violentadas por sus papás, o bien se conforman con el típico discurso del ´ya no me pega´. Pero la violencia es más allá de lo físico, también son los garabatos y la violencia económica, que es cuando el tipo no le pasa plata porque está enojado".

"En general, una mujer violentada es una mujer que tiene miedo. Entonces no es fácil para ellas, no tienen amigos, familia, entonces sienten que si no tienen a este tipo, no tendrán a nadie en la vida. O sea, su autoestima es súper baja. Tanto, que incluso después de vivir episodios de violencia, los sujetos inician el período que llamamos ´luna de miel´, donde el agresor las enamora, las saca a comer, lo que no ha hecho durante años, y en general, les hace creer que están enamoradas. En efecto, ellas están enamoradas, posiblemente, pero de un amor que puede ser fatal", indicó Daniela Fuentes.

Finalmente, de acuerdo a las denuncias recabadas, este tipo de hechos, proviene -en el caso de La Cruz- de estratos medios o medios-bajos, lo que no significa que no ocurra en la alta sociedad.

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