Una historia de cine llega a juicio: el manochante depravado

Miguel
Ángel Delgado Oyola ganó popularidad en Tribunales porque luego de ser detenido
se masturbó en medio de su entrevista con la psicóloga. Tan descarado fue su
toqueteo que no sólo la profesional debió llamarle la atención sino también un
policía de la alcaidía que presenció el acto sin poder creerlo.

El
hombre estaba ahí luego de haber sido denunciado por su concubina, cuyas
iniciales son B.C, una mujer de 29 años que declaró ante la Policía que Delgado
la violaba desde que era una adolescente.

El
infierno de B.C empezó cuando la niña tenía nada más que 15 años. De
personalidad "inmadura, e inestable, pasiva y temerosa”, según su informe
psicológico,  a B.C no le pareció raro
cuando su mamá trajo a un "brujo” que iba a "curar” a su abuela enferma.

Ese
hombre que decía ser curandero era Miguel Ángel Delgado Oyola y en el año 2000,
fecha en que conoció a B.C, tenía 43 años.

 Fue así que el sujeto logró infiltrarse en el
núcleo familiar y a poco tiempo de haberlas conocido comenzó también a realizar
"rituales” con la madre de B.C y con sus tías.

Según
consta en las declaraciones de la víctima ella, su padre y sus hermanos se
encerraban en una habitación de la casa donde vivían en la calle Vidart y 6,
Pocito, mientras Delgado realizaba sus rituales de curanderismo.

Así fue
hasta que el padre de B.C se dio cuenta de que su esposa y Delgado tenían una
relación y abandonó la casa dejando el camino libre al "curandero”, que a esa
altura ya había convencido a la madre de la joven de que todos sus problemas
eran fruto de la brujería.

Nadie
sabe bien cómo pero el "curandero” convenció a la madre de la chica de 15 años
de que sus dos hijos varones se enfermaban porque les habían hecho un "trabajo”
y que la única forma de solucionarlo era a través de la brujería.

De este
modo el brujo le explicó a la madre de B.C que para curar a los varones sería
fundamental la ayuda de la adolescente ya que para los rituales era necesario
el flujo vaginal de la menor.

Tan
perverso era el plan de Delgado que, según las declaraciones de B.C, hasta
"tenía un libro en donde decía a qué hora debíamos mantener relaciones sexuales
según la posición de la luna”, explicó.

Así, y
con el consentimiento de la madre de la chica, Delgado comenzó con los
rituales. Una primera parte consistió en acostar a la chica en la cama matrimonial
y frotarle sus partes íntimas para lograr excitarla. Este modus operandi se
repetía durante tres días seguidos y luego el brujo recomendaba que se
descansara siete días para volver a empezar.

La
segunda parte del ritual era a través de una vela. Bajo la supervisión del
brujo, la madre de B.C debía colocarle un preservativo a una vela para luego
introducírsela a su hija, también durante tres días seguidos para luego parar
siete.

Finalmente
Delgado consiguió salirse con la suya y comenzó con la tercera parte del ritual
que era, básicamente, acostarse con la adolescente de 15 años, que obligada y
manipulada por su propia madre no tuvo más remedio que acceder a las
perversiones de su padrastro curandero.

A
través de engaños la adolescente, que hasta ese momento era virgen, fue
corrompida por Delgado durante un año entero hasta que a los 16 años quedó
embarazada y fue obligada a abortar el bebé.

Las
violaciones a la joven continuaron ocasionando dos abortos más y un niño que al
momento de ser detenido el curandero ya tenía 4 años y fue producto de los
reiterados abusos.

Cuando
B.C tenía 23 años su madre abandonó la casa dejándola con Delgado que para esa
época comenzó a golpearla brutalmente.

Según
el examen de las profesionales del Poder Judicial que atendieron a B.C, la
chica desarrolló hacia su perpetrador lo que es conocido como Síndrome de Estocolmo.
"La víctima se identifica con el agresor y genera un vínculo dependiente con el
mismo. Surge así un vínculo interpersonal de protección entre víctima y
agresor, en un entorno traumático y de aislamiento. Se produce una acomodación
y aceptación del abuso sexual que se prolonga en el tiempo”, describe el
informe psicológico de B.C.

Así
transcurrieron los aberrantes hechos hasta que en diciembre de 2013 la chica,
ya de 29 años, se cansó de que Delgado, devenido en su concubino, la golpeara y
se fue con su pequeño hijo a vivir a la casa de su padre.

Sin
embargo el curandero no iba a soportar no salirse con la suya y en enero de
2014 fue a buscar a B.C, la amenazó diciéndole que iba a matar a todos los que
la habían ayudado y la obligó a volver a la vivienda que compartían. Ya en el
lugar Delgado mostró otra de sus facetas y comenzó a golpear brutalmente a B.C
que escapó por los fondos de la casa con su hijo y se tomó un remis.

Fue ese
chofer, casual testigo de los padecimientos de B.C, quien la convenció de
radicar la denuncia contra Delgado, dejando que salieran a la luz los abusos
que la joven había sufrido durante 14 años.

El 15
de septiembre el curandero  llegará a
juicio procesado por el delito de abuso sexual reiterado con acceso carnal
calificado por la situación de convivencia previa y podría ser condenado a 20
años de prisión. 

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