Estas no son madres que tienen hijos solas por un divorcio, separación o abandono de la pareja. Me refiero a madres que no pudieron serlo de otra manera que no sea solas, por diversas circunstancias o motivos, por ejemplo no encontraron a la persona indicada o por otras adversidades de la vida no pudieron formar una pareja -por ejemplo por cuidar a los padres enfermos-. Sin embargo, el deseo de ser madres siempre estuvo presente. Y esta nueva conformación familiar que es la monoparental aparece como opción. Es importante tener en cuenta que un 90 por ciento de estas mujeres hubiera preferido tener familia con una pareja.
Estas mujeres, en general rondan los 40 años en la mayoría de los casos, tienen autonomía económica, frecuentemente un sólido desarrollo profesional o laboral. Ellas recurren a la utilización de semen de donante y a veces también de óvulos de donantes para formar sus familias. Les cuesta mucho tomar esta decisión, uno o dos años aproximadamente, pero cuando lo hacen sienten haber elaborado emocionalmente la situación.
Otra cuestión importante es que su entorno inmediato esté de acuerdo con esta decisión, o se construya en su defecto. En general las ayudo a armar la red familiar, social, de contención necesaria para emprender este desafío, entre otras cosas.
¿Cuáles son sus motivaciones?
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Falta de pareja. No quieren seguir esperando a la persona adecuada y que quiera comprometerse. No quieren engañar a ningún hombre y evitar el sexo casual.
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El tiempo reproductivo se les acaba. Su reserva ovárica está en declive.
Investigaciones científicas
Una de las más importantes a nivel mundial es la de Golombok, quien viene investigando hace años a los hijos de estas mujeres y comparándolos con los hijos de parejas convencionales, heterosexuales. A los chicos los estudian a lo largo de toda la vida y éstos ya son adultos jóvenes. Golombok nos dice al respecto que las familias encabezadas por una mujer sola son similares a las de las heterosexuales respecto de la calidad de paternaje-maternaje y de ajuste psicológico.
En las investigaciones las madres solas se caracterizaban por tener menor nivel de conflictos y ser más estrictas disciplinariamente con sus hijos.
En cuanto al bienestar psicológico de los jóvenes, Golombok y colaboradores aclaran que los chicos muestran menores niveles de ansiedad, depresión, hostilidad, problemas de abuso de alcohol y mayores niveles de autoestima que sus pares de familias heterosexuales. Es decir, los hijos de madres solas por elección están bien psicológicamente según las investigaciones.
Esto marca una gran diferencia con los resultados más negativos asociados a hogares de madres solas luego de un divorcio o separación.
Para terminar quiero remarcar un tema fundamental para la salud psicológica del niño y es que la madre diga la verdad, le hable al niño del donante como tal (no lo engañe diciéndole que el padre se fue, los abandonó o se murió, etc.). Y además que aprenda a manejar esta información de acuerdo al contexto donde se inserte.
Es por ello que es importantísimo el asesoramiento de un psicólogo que esté específicamente capacitado para tal fin; así como en cualquier caso que implique o involucre donación de gametas (óvulos y/o espermatozoides) o embriones.
Fuente:
Lic. Ana Mazzoni / Psicóloga Especialista - Estrés y Fertilidad