“Hombres y mujeres se complementan”

6 libros ha escrito Pilar Sordo

Pilar Sordo, conferencista y psicóloga chilena conversó con Magazine sobre la conferencia “¡Viva la diferencia!”, que presentará en el país

Pilar Sordo ha publicado varios libros producto de sus investigaciones como "Viva la diferencia", "Con el coco en el diván", "No quiero crecer" y "Lecciones de seducción". Cortesía Interamericana de Producciones/La República

¿Cuánta diferencia hay entre lo femenino y masculino? ¿Qué deben hacer tanto hombres como mujeres para compaginarse y crecer? Estas son algunas de las preguntas que contestará la conferencista y psicóloga chilena Pilar Sordo en el país.
La conocida exponente presentará su conferencia “¡Viva la diferencia!”, en el Melico Salazar, en la que ahondará de manera amena y pícara en 14 diferencias que reveló una de sus investigaciones.
Sordo conversó con Magazine sobre su estudio y ahondó en cuál es la clave para que las personas sean felices realmente.

• En su conferencia “¡Viva la diferencia!” explora las diferencias entre lo masculino y femenino. ¿Cuánta separación hay?
Son 14 diferencias las que determinó mi investigación pero lo más bonito es que más que las diferencias, no se coloca a ningún género sobre el otro sino en posición de aprendizaje, porque rompe con el machismo y el feminismo.
A todos nos enseña una lección: aprender a lidiar con las diferencias de manera divertida, ya que siempre se van a mantener, lo único que cambia es la forma en la que se expresan.
Es importante que la conferencia la escuchen en familia, porque es bueno seguirla comentando en casa, para que conociendo esas diferencias, seamos capaces de vivir de manera mucho más armónica, complementaria y menos competitiva.

• ¿Cuáles son esas diferencias que bien manejadas, pueden ayudar tanto a hombres como mujeres a crecer?
La más significativa es que lo femenino está diseñado para retenerlo todo. Nosotras retenemos líquido, cosas, guardamos cosas por las dudas, tirar elementos a la basura es un drama porque siempre sentimos que pueden ser necesitados. También tenemos mejor memoria emocional, hablamos más, necesitamos comunicarnos más y por lo tanto, nuestra gran misión en la vida o desafío es aprender a soltar, algo que los hombres hacen muy bien.
Los hombres se desprenden de todo fácilmente, tienden a tener más mala memoria, son menos culposos, hablan menos, y por lo tanto ellos lo que tienen que aprender es a retener, aprender a cuidar lo que tienen porque si no corren el riesgo de quedarse solos.
Las mujeres van detrás de quien las necesita; ellos, de quien los halaga. La clave está en comprender las diferencias que hay y complementarnos.

• ¿Por qué esa necesidad, casi necia, de sentirse superior al sexo opuesto?
Esa ha sido la lucha masculina de toda la vida, creo. Eso es uno de los vestigios del machismo que aún nos quedan, y que de alguna manera siempre hemos sido competidores en lugar de colaboradores dentro del proceso vivencial.
Las mujeres nos hemos tenido que hacer un espacio a mucha dificultad, si estamos conversando es porque muchas mujeres feministas pelearon para que pudiéramos demostrar que tenemos las mismas capacidades y que podemos hacer las mismas cosas.
Ahora que ya lo hemos demostrado, aún hay espacios de equidad que hay que pelear y ahí creo que la investigación muestra que somos complementarios, que no hay un género sobre otro, que aprendemos de todos.

• Usted ofrece un mensaje de vida y esperanza en todas sus conferencias, ¿qué marca la diferencia entre el ser feliz realmente y el querer serlo?
La decisión. Tiene que ver con que yo tengo que decidir hoy ser feliz con lo que tengo, por más problemas o dolores que tenga. No puedo esperar a que eso pase para encontrarme con el concepto de la felicidad.
Por ejemplo, mi papá tiene cáncer, es una verdad; yo no puedo decir que voy a ser feliz cuando mi papá se mejore, porque en eso se me puede ir la vida o se le puede ir a él. Tengo que aprender a ser feliz hoy a pesar del cáncer de mi papá, y ahí está la diferencia entre ser feliz y quererlo.
Las personas que somos felices no somos individuos que no tenemos problemas, ese ser humano no ha nacido ni va a nacer, todos tenemos problemas. La diferencia es la capacidad de decisión, qué hago yo con los problemas que tengo.

Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
@cbarrantesLR

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