Por las calles del Viejo San Juan pasea una espigada mujer negra con dreadlocks que alcanzan su cintura, a quien muchos confunden con una modelo o atleta internacional.

Se trata de Kelly Demazy, una psicóloga francesa que por casualidad se estableció en el Caribe hace tres años y es parte del grupo de jóvenes que lucha por reconstruir a Puerto Rico.

Demazy se unió a la maestra puertorriqueña  Yesenia Ortiz Pagán para fundar la organización “Sin Mirar Pal’ Lao”. Se trata de una iniciativa de base comunitaria que busca mejorar las destrezas  de los niños de sectores marginados con tutorías enfocadas en el método italiano de enseñanza Montessori, además de darles las herramientas para que puedan desarrollarse a través de talleres gratuitos de música, arte y baile.

“Yo quiero tener un impacto en el mundo y me gusta Puerto Rico, es mi casa también. Me siento en mi hogar, le tengo cariño, le tengo cariño a la gente”, expresó con su inconfundible acento y una soltura sorprendente para alguien que no ha tomado ni un curso de español. 

La joven de 29 años es lo que algunos podrían considerar una ciudadana del mundo. Nació y se crió en un barrio pobre de París. Cuando terminó su grado en psicología, decidió mudarse al estado de Missouri para estudiar criminología porque deseaba trabajar con jóvenes transgresores. Además, vivió en Australia, Marruecos, India, Senegal y Palma de Mallorca, en España, donde aprendió a hablar español a la fuerza.

Durante uno de sus viajes, hizo una escala en la Isla que trastocó por completo su ruta. Cuenta que se enamoró de la Placita de Santurce y el Viejo San Juan (donde reside), además de que le encantó la cultura boricua por ser “muy diferente a la de San Luis”.

Pulió su español viviendo en Puerto Rico, por lo que se expresa con palabras coloquiales de forma natural. “Cuando me mudé a Puerto Rico no tenía nada. Me mudé al garete. Dije: ‘ay, me quedo aquí’ ”, recordó.

Impacto en los niños de La Perla

En diciembre del año pasado, Demazy renunció al trabajo a tiempo parcial que tenía como bartender para enfocarse a tiempo completo en el desarrollo de la fundación, cuyo enfoque actual es la comunidad de La Perla. Junto a Ortiz Pagán, quien reside en el barrio costero y es maestra en una escuela Montessori, busca que niños de bajos recursos puedan tener las mismas oportunidades educativas.

“En Francia y todos los países que he vivido siempre he trabajado en organizaciones sin fines de lucro. Nos dimos cuenta que no hay tantos programas en La Perla donde los niños puedan ir y tener un apoyo educativo y psicológico. Me inspiré de lo que conozco de Francia para traerlo aquí”, detalló.

Las tutorías, que comienzan en agosto con el inicio de clases, serán impartidas por estudiantes de educación. Las jóvenes trabajarán directamente con las escuelas para que les digan quiénes son los estudiantes con mayor rezago y en cuáles materias tienen dificultades.

Las labores de “Sin Mirar Pal’ Lao” se dividen entre apoyo individualizado y talleres grupales. La idea es que los niños puedan descubrir actividades que les interesen y desarrollarlas de manera que tengan una opción de trabajo en el futuro.

“Se da un taller de baile grupal y un niño nos dice ‘quiero ser bailarín’, pues se le consigue una bailarina que le dé un taller individualizado y así pueden descubrir lo que realmente quieren ser”, mencionó a modo de ejemplo.

La francesa explica que quiso enfocarse en la educación ya que durante los años que ha vivido en la Isla se ha dado cuenta de las deficiencias del sistema público.

Demazy viene de una cultura donde –según el Instituto de Estudio Económico- la cifra deserción escolar es de un 13.4%. En Puerto Rico, el Departamento de Educación aseguró el año pasado que el 40% de los estudiantes no se gradúan. 

“Me di cuenta que hacen falta un montón de cosas aquí que el gobierno no hace. Mi cultura es totalmente diferente, todo es gratis y está diseñado para que la población estudie. En Europa, la gente coge su diploma y es lo más normal”, explicó la psicóloga al tiempo que destacó que los estudiantes en Francia toman cursos en la escuela superior que en Estados Unidos se enseñan durante el bachillerato.  “Yo terminé mi 'high school' con una concentración en ciencias políticas y economía”, añadió.

Parte del problema surge, según la psicóloga, por aplicar en nuestra cultura el método de enseñanza estadounidense.

“En Estados Unidos, no hay igualdad de acceso a la educación para los estudiantes, ni desarrollo de pensamiento crítico, y hay demasiados estudiantes por maestro en cada clase”, lamentó y tildó de problemático el hecho de que muchos estudiantes tienen que trabajar para pagar sus estudios, mientras que en su país las becas son para pagar la vida del alumno.

Crecimiento que necesita ayuda

Demazy está enfocada en expandir la fundación de modo que pueda llevarla a Puerta de Tierra y otros barrios del área metropolitana.

Eventualmente, sueña con poder llevarla al Caribe. Para lograr las metas y proyectos con los niños, necesitan voluntarios que donen su conocimiento, así como materiales para los cursos. También se encuentra en busca de auspicios.

“Apoyar a los niños para que tengan la mejor educación posible es aportar al país. Un niño educado hoy va a ser un agente de la sociedad mañana que va a aportar a Puerto Rico. Eso es lo que mantiene la economía, el trabajo y la competencia. Y darles un mejor contexto aquí para que no se vayan. Todo el mundo que tiene una educación ahora se va y yo creo que lo mejor es quedarse y construir aquí mismo”, expresó.

Los interesados en cooperar con Sin Mirar Pal’ Lao pueden escribir a info@sinmirarpal-lao.org, la página web de la fundación o Go Fund Me.