“El hombre debe volver la mirada hacia su ser interior”

Entre enero y septiembre de este año se han registrado 48 suicidios en diversos cantones de esta provincia, según la Gobernación de Tungurahua. Por eso, se puso en marcha la campaña denominada ‘Minga por la vida’ que pretende sumar fuerzas interinstitucionales para disminuir estas cifras y ayudar a la población. En ese contexto, la psicóloga ambateña, Ruth Cobo, resalta la importancia de promover las campañas preventivas para cuidar la salud mental y emocional de todos los integrantes de la familia.

¿Qué opina de la campaña ‘Minga por la vida’?

Es un proyecto que quiere convertirse en preventivo en temas difíciles de manejar como la depresión y eso merece una felicitación. Un suicidio tiene una consecuencia social como cuando alguien lanza una piedra en el agua. Este es un trabajo en conjunto que implica esperanza y revalorización de la vida.

Es una buena campaña, pero ¿por qué no abunda este tipo de acciones?

No hay prevención en lo referente a la salud mental en nuestro país. Se hacen cruzadas para casi todo, pero no para este aspecto también vital que podría convertirse en un problema de salud pública si las cifras siguen en aumento.

¿Se debe desmitificar el tema de la salud mental?

Exacto. Yo invito a la población a desmitificar la palabra psicología y dejar de asociarla con la locura. Si una persona va al psicólogo no significa que ha perdido la cordura. Un psicólogo es un humanista que se dedica a analizar una crisis para que no derive en una situación violenta como un suicidio, pues no se puede prever las consecuencias de una depresión aguda.

¿La sensación de desamparo social ha ahondado este problema en la actualidad?

Sí. La depresión profunda situacional puede estar agravada por circunstancias sociales, familiares, filosóficas o religiosas. La gente se siente cada vez más sola, abandonada, desamparada. Si ese desamparo se acentúa, un individuo puede optar por una idea suicida y no se sabe en qué momento ese pensamiento pueda convertirse en una realidad.

¿La muerte de una persona por su propia mano tiene repercusiones, nos afecta a todos?

Por supuesto. Recordemos que hay muertes impersonales e interpersonales. Estas últimas se refieren a personas conocidas o vecinos que veíamos transitar a su trabajo y de pronto ya no están. Su ausencia podría no importarnos, pero no debemos permitir que los suicidios nos dejen de importar y caer en la frialdad social porque todos somos parte de una unidad. Debe preocuparnos, debe volverse interpersonal para hallar soluciones en común para que no vuelva a repetirse.

Las personas que piensan en el suicidio, ¿qué tipo de ayuda pueden recibir?

Todo esto es un proceso. La sociedad debe depurarse. Hay muchas causas para el suicidio y en eso influye la personalidad que ha desarrollado un sujeto y la respuesta a preguntas como las siguientes: ¿cómo miro la vida?, ¿cómo me miro a mí mismo y a los demás?, ¿la vida tiene sentido para mí?, entre otras interrogantes.  

¿En Tungurahua se valora la vida?

Las cifras de suicidios son alarmantes y eso nos lleva a una reflexión: ¿cuáles son las frustraciones de la población y los vacíos existenciales que están padeciendo?, ¿hasta qué punto el ser humano está tan cosificado que se está olvidando de aspectos trascendentales como los valores espirituales y del alma?

¿La gente está dependiendo demasiado de un salario?

El ciudadano común está sujeto a tanta presión emocional porque llega el fin de mes y el sueldo no le alcanzó para pagar la tarjeta de crédito o las deudas que adquirió. Este tipo de inconvenientes le apartan de lo agradable de la vida, la armonía, la satisfacción y la felicidad de existir. Entonces surge la desesperación y la frustración. Algo tiene que cambiar en la sociedad, pues este sistema como está no aguanta más.

El ser humano no es una cosa a la que se debe someter a tanta angustia impuesta por el sistema.

¿De sus palabras debemos colegir que falta ética social y de determinadas entidades?                   

Lamentablemente es así. Si estas muertes se dan por aspectos económicos, ¿en dónde está la ética de las instituciones bancarias cuando prestan dinero?, ¿a qué interés lo están otorgando? El dinero por sí solo no se reproduce sino a través de los negocios, pero no todos florecen como espera la gente. Urge un cambio mundial.

¿Jean Paul Sartre se adelantó a su época y describió los problemas del hombre del siglo XXI?

Sartre predijo que el hombre de este siglo iba a sufrir de 2 cosas: desamparo y soledad. Es algo que filosóficamente estuvo predicho y se habla incluso de la sociedad líquida o de la falta de un trabajo seguro. Ahora el sistema exige muchísimos estudios y títulos de cuarto nivel y a pesar de eso hay inestabilidad laboral por los contratos a plazo fijo y por la dura competencia. Entonces las relaciones se van volviendo también líquidas que motivan a la formación de parejas que no quieren fundar familias.

¿Hay conexión estrecha entonces entre desamparo, soledad, deudas y suicidios?

Leemos en las noticias de hombres que se han suicidado por deudas que para muchos no eran significativas. Pero eso los llevó a sentirse en desamparo y soledad y de seguro pidieron ayuda, pero no les pudieron tender la mano. Por eso, hay algo que en el sistema debe cambiar.

¿Cómo diagnosticar a la sociedad ecuatoriana?

La sociedad mundial está enferma por rumores de guerras, fraudes, acciones violentas y una serie de desajustes que le quitan ubicuidad al ser humano y surge la inevitable interrogante: ¿estoy contento con vivir en el planeta? Eso deriva en problemas existenciales a todo nivel aun en profesionales.

¿Cuál es la carencia entonces?

La carencia es del sentido espiritual. No de lo religioso y sus pugnas. Lo espiritual abarca todo. Mientras más nos desarrollemos en el espíritu, más facultades se despertarán dentro de nosotros. Y eso nos permitirá apreciar las cosas simples de la vida como el movimiento de las hojas, el brillo de las estrellas, la mirada de la persona que se ama..., es una parte de la vida que desgraciadamente se está perdiendo por la materialidad.

¿Nos estamos olvidando de vivir?

Sí. Por caer en aquello de llenarnos con cosas materiales a como dé lugar y ese no es el sentido de la vida. Y si nos vamos contracorriente caeremos en la anulación de la existencia. Es importante volver la mirada hacia nuestro ser interior, que vino a la Tierra para aprender de la experiencia de amar y de luchar.

¿Y qué pasa con la gente que enfrenta problemas volcánicos?

El principal problema que enfrentan es el desarraigo. La migración debe ir de la mano de la ayuda psicológica para crear fortalezas del valor. (I)  

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