La psicóloga y doctora Laura Hernández Guzmán, comparte la gran cantidad de cosas que una mujer puede aprender como madre.
Hernández Guzmán comenta que hay una cantidad de cosas que de seguro la mujer aprende de su madre, abuela, amigas, y que muchas de ellas son ciertas, como lo es que el cuerpo te cambia, el sueño incrementa, pero sin duda ser madre se convierte en el amor más grande y puro que jamás alguien pudiera imaginarse.
Es la etapa en la que se encuentra a un ser que cambia la perspectiva de la vida, la forma de ser, incluso hace a la mujer más fuerte día tras día.
A continuación la doctora comparte cinco cosas que seguramente una mujer aprende cuando se convierte en madre:
1. Se convierte en una mujer extremadamente fuerte que puede con todo lo que se le presenta:
La debilidad no va de la mano con la maternidad, una vez que se tiene al bebé en brazos, llega una fuerza interior que hace que la madre se dé cuenta de todo lo que ella puede hacer y cómo debe sobreponerse ante todo, ya que hay alguien que depende de ella.
Ese pequeño ser que la necesita para poder vivir, esté sola, acompañada o en proceso de algún cambio, nada ni nadie hará que la relación con esa pequeña persona se pierda.
Ser madre es para siempre y eso conlleva un poder inimaginable, mental y emocional.
2. Cambiaron los temas de conversación y la escala de prioridades:
Las conversaciones con las amigas han cambiado, las salidas han disminuido y seguramente ya no hay tiempo de enterarse de lo que pasa en la televisión porque seguramente aprovecha el tiempo libre para dormir, los horarios han cambiado y de seguro ya ni al baño puede ir sola.
Sencillamente, no se vive la misma vida que se tenía antes de tener al bebé, por lo tanto, los temas y prioridades cambian.
3. Incorpora nuevos amigos al círculo:
Así como los temas cambian, seguramente los amigos también, ya que se agregarán nuevos amigos al círculo social, regularmente a las personas que no tienen hijos no les gusta mucho participar en estos temas que desconocen, es por esto necesario hacer nuevos amigos con los que se podrá hablar del tema que ya es prioridad en la vida de la madre.
Los nuevos amigos serán las vecinas con hijos, las mamás del jardín infantil, del colegio o de la guardaría; Y sin dejar atrás a las mujeres que se integran en blogs con temas maternales, para sentir que lo que se vives no es nada diferente a lo que le pasa a miles madres más.
4. Aprendí a correr y a organizar mi tiempo:
Con correr no es ciertamente a ser más atlética, esto significa aprender a que hay que empezar a ser muy ágil en los tiempos, ya que se pasa corriendo todo el tiempo, ya que en las mañanas hay que dejar a los niños vestidos, y con desayuno en sus cuerpos, para después ir a dejarlos al cuidado de alguien o al jardín de niños.
Si hubiese un contador de calorías para saber cuántas se gastan mientras la madre viste al hijo, seguramente serán más de 100.
“Eso no, eso sí, mamá mira lo que hago, ven para acá que no he terminado de vestirte” son algunas de las frases que escucharás y repetirás en las mañanas.
Una vez que se lleva al niño al jardín infantil o que llegó la persona que lo cuidará, hay que ir al trabajo y ese momento en el auto o en la caminata, será agradecido por la madre porque es un momento de descanso mental, unas mini vacaciones en el día.
5. Descubrirá que los sábados por la noche, son mucho mejores en la casa:
Puede soñar extraño, pero, ¿a quién no le gusta salir?
Seguramente a una mamá cansada no le guste tanto, ya que arreglarse es un trabajo por sí sólo, después se necesita conseguir una niñera, el cual representa otro trabajo ya que el niño no va querer quedarse con cualquier persona que no sea la madre, así que no es tarea sencilla.
Y en tercer lugar, mantener energía hasta la hora en la que saldrá de la casa, que es en la que regularmente se duerme todos los días, requiere fuerza mental.
Existen matices y a todas las mujeres les pasan cosas distintas, pero estos puntos le han pasado a las mujeres más cercanas de la vida de la doctora Laura, que tienen hijos, comentó.
