Criselda Farías | Infonor

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Publicado: Abril 25, 2015
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MONCLOVA.- La denuncia de agresión y acudir a centros de atención a la mujer, es importante para evitar casos como los registrados en la región Centro, de dos mujeres quemadas por sus parejas y una apuñalada, señaló la psicóloga Santos Guerrero.
Manifestó que en los tres casos donde las mujeres fueron agredidas por sus ex parejas, se está ante agresiones patológicas probablemente procedentes de una enfermedad mental.
La celotipia, que son los celos enfermizos; la sociopatía, que es el antisocial; bipolaridad, fase maniaca y depresiva; trastorno de la personalidad, daño orgánico en sus neurotransmisores o un tumor en la cabeza, indicó.
Guerrero manifestó que también el consumo de drogas y alcohol causa cambios en el comportamiento de la persona celosa.
El pasado 6 de abril, Karina Yuvisela Sánchez, de 21 años, fue incendiada por su esposo, de quien estaba separada, sobrevivió nueve días y murió. Sufría el acoso de él desde un año y nunca lo denunció.
El 23 de abril, un hombre, José Alfredo Valdez, acuchilló en nueve ocasiones a su ex novia en el municipio de San Buenaventura, y en junio de 2014, una mujer murió cuando su esposo le rocío gasolina y le prendió fuego.
La Psicóloga indicó que es importante que las mujeres interpongan una demanda o constancia de hechos ante el Ministerio Público por cuanta agresión y leve que sea que reciba de su pareja o ex pareja, con el fin de que haya un antecedente de violencia.
También debe acercarse a la Procuraduría General de Justicia del Estado, en el departamento de Atención a Víctimas donde hay psicólogas y orientadoras que les ayudarán, o al instituto Sí Mujer.
"Algunos rasgos de un hombre agresivo es cuando le llama a la mujer constantemente, la vigila, advierte que si lo deja la va a matar o que si anda con otra pareja lo matará, que hará daño a sus hijos, violencia económica cuando no le dice cuánto gana, él le compra la despensa, no la deja tener amigos o ir con la familia", destacó la especialista.
Muchas veces, agregó, la violencia empieza desde el noviazgo con empujones y agresiones verbales. (CRISELDA FARÍAS | INFONOR)

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