¿Cómo apoyar a los niños durante temblores y réplicas?

El reciente terremoto 8.4 en Chile y sus constantes réplicas mantienen a muchos en pie de alerta. Es sabido que estos movimientos telúricos podrían extenderse aún por varios meses e incluso por más de un año, lo que preocupa especialmente a los padres cuando un nuevo sismo los encuentra lejos de sus hijos. ¿Qué hacer en esta situación?

“Lo más importante es que los padres deben explicar a sus hijos que después de un terremoto es esperable que se produzcan temblores por un lapso de varios meses. Frente a esto es importante que los niños sean aconsejados que, estén donde estén, conozcan las zonas de seguridad y sigan las instrucciones de los adultos a cargo”, comenta Verónica Navarrete, psicóloga y coordinadora académica de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.

Chile es un país de terremotos y temblores, por lo que debemos adaptarnos a esta realidad. Sin embargo, la experiencia frente a este tipo de situaciones no es igual para todos, por lo que una psicóloga experta en trauma infantil por desastres naturales comparte algunas recomendaciones.En este tipo de situaciones es clave el cómo se comporten los padres. “Es importante que después de una catástrofe los niños puedan retomar su ritmo de vida cotidiana lo antes posible, ya que esto fortalece el sentir que la catástrofe pasó y que la vida puede continuar sin quedarse centrada en ese acontecimiento. Por esto, cuando suceden las réplicas es importante confiar en quienes están a cargo de los niños y no llegar a buscarlos, mostrándoles que hay inseguridad o peligro. Puede ser bueno el comunicarse con ellos si sabemos que esto apoyará a nuestro hijo y le permitirá sentirse más seguro, en especial si el niño lo ha solicitado”, aclara la especialista.

Y para los profesores también hay algunas ideas importantes a considerar. “Los profesores, al igual que cualquier adulto que acompañe a los niños durante un temblor, debe tener claro que los niños viven no solo el propio miedo y angustia, sino también el reflejado por los adultos significativos, por lo que es importante no solo decir que hay que estar calmado, sino que también mostrarlo corporalmente. Hay que tener claro que es natural sentir susto y que esta emoción nos permite prepararnos para protegernos y evitar daños”, explica Verónica Navarrete.

Al respecto, la docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico enfatiza que “los adultos deben contener a los niños en sus emociones de miedo y angustia; mostrarles que a pesar de lo que está ocurriendo, están protegidos y que hay algo que se puede hacer”.

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