"Al final del duelo siempre hay una luz, un crecimiento personal"

Perdió a su hijo de 7 años en 2004. En un tiroteo ocurrido en Marbella, cerca de un hotel. Aquel día, el más triste de su vida, dice que la sacaron de un planeta para llevarla a otro. Tras el golpe, Mercedes Cañadas estudió Psicólogía. Hoy es una de las pocas expertas en duelo que hay en Andalucía. Ha creado Apsysa, Asistencia Psicológica y Salud, con sede en la localidad sevillana de San José de la Rinconada.

¿Por qué creó la unidad de apoyo al duelo?
Aquella noche en el hospital de la Costa del Sol, en  schok, llamé uno por uno a los psicólogos que encontré en las Páginas Amarillas. No sabía qué hacer. Por la mañana, a las 9.00 horas, se presentaron dos mujeres. Dos ángeles. Se los agradeceré toda mi vida. ¡Me ayudaron tanto! Me dije:"Quiero ser como ellas". En ese momento fui consciente de lo importante que es que una buena psicóloga te ayude.

Las etapas del duelo son...
Shock-traumático, evitación-negación, integración y, la última, crecimiento personal. Hay autores que ahora dicen que en un día se pueden pasar varias etapas, como una montaña rusa.

Defína alguna etapa.
La evitación-negación es protegerse contra el dolor. Cuando uno piensa que lo que ha sucedio no puede ser. Que la persona que falta va a volver.

¿Y la integración?
Hay muchas emociones. Se mezcla ira, enfado, dolor... Parece que estás peor que al principio, pero es porque te das cuenta de lo que ha pasado.

¿Se puede hablar de tiempo de superación?
Depende de los mecanismos de afrontamiento y resilencia de cada uno. En una muerte inesperada, más repentina, sí es necesaria la ayuda de un profesional. Cuanto antes se busque ayuda, mejor para que evitar que el duelo se complique con una depresión profunda, problemas psicológicos o adicciones.

Perder a un ser querido supone...
En mi caso fue perder el sentido de la vida. Me levantaba y no sabía qué hacer. Estuve dos años en la cama, con pastillas, psquiatras y psicólogos. Encontré el sentido de mi vida ayudando a otros que han pasado lo mismo que yo. Ahora tengo ilusión por lo que vivir y luchar. Al final del duelo hay una luz, un crecimiento personal.

"La tristeza tiene la función de focalizar la atención en el interior para que uno se dé cuenta, asimile, integre", explica Cañadas¿Qué le dice a sus pacientes?
Que las emociones (todas tienen su función) son como el mar. Llega una ola que te invade de tristeza, otra de dolor, otra de alegría. Si luchas contra una ola te arrastra. Por eso hay que permitírselas. Hay veces que uno piensa que está loco porque tiene emociones contradictorias. Eso es estar en el duelo. 

La tristeza sirve...
Todas las emociones están para algo. La tristeza tiene la función de focalizar la atención en el interior para que uno se dé cuenta, asimile, integre. El llanto tiene la función de liberar toxinas negativas hacia el exterior y segregar hormonas que regulen el dolor y la tristeza. El enfado tiene la función de dotarnos de energía para emitir una respuesta. Te da energía para la acción.

    

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