Afectadas mujeres por violencia laboral

Por Silvia García

San Luis Río Colorado, Sonora.- La violencia laboral hacia la mujer atenta contra su dignada, integridad física, sexual, psicológica, social y las acciones pueden presentarse como amenazas, intimidaciones, maltrato, persecución, menosprecio, insultos, bromas sarcásticas reiteradas, discriminación negativa, desvalorización de la tarea realizada, entre otros.

La psicóloga Laura Álvarez Ríos, presidenta de la Asociación de Profesionistas de la Psicología, dijo que en este tipo de violencia, es en esencia un abuso por parte de alguien que tiene poder y que lo usa para aprovecharse de sus empleadas, un ejemplo sería el pedirles que acepten invitaciones que dañan su autoestima, salud e integridad.

Comentó que el Mobbing o Psicoterror laboral es una forma de violencia que implica una situación laboral repetida y mantenida en el tiempo que conlleva una serie de agresiones psicológicas que atentan contra la integridad y la dignidad personal y profesional de la trabajadora afectada.

Los comportamientos y conductas del agresor que afectan profundamente a la persona agredida realiza comentarios injuriosos contra la persona, se le ridiculiza o se ríen de ella públicamente, se burlan o magnifican posibles discapacidades, se le aísla de los compañeros, no se le dan tareas, se le asignan tareas excesivas o imposibles de cumplir, se le niega la palabra o se le ignora cuando está presente, se le critica o amenaza no sólo en temas laborales sino personales, prolifera gritos e insultos.

El hostigamiento sexual es una forma de violencia laboral que atenta contra la integridad física, psicológica y económica de las personas y las características son, elimina sus oportunidades de desarrollo profesional, la posibilidad de trabajar en un ambiente sano, digno y seguro, afecta su confianza y autoestima, disminuye su rendimiento y aumenta los riesgos de accidentes laborales.

Informó que las mujeres sufren más la violencia laboral, por su condición de género, por la construcción social y laboral, además la violencia laboral produce efectos negativos tanto a las trabajadoras como a la empresa.

Las consecuencias para la trabajadora son frustración, adicciones, alteraciones en el sueño, alteraciones físicas, ansiedad, apatía, baja autoestima, depresión, fatiga mental crónica, enfermedades de tipo psicosomático recurrentes, inseguridad social y personal, irritabilidad, desintegración familiar, deterioro de la vida social, tensión y pobreza.

Por otro lado las consecuencia para la empresa es que favorece una cultura de la discriminación, alteración de las relaciones interpersonales, baja productividad, rotación de personal interno y externo, deterioro del clima laboral, aumento de accidentalidad, ausentismo, deterioro de la imagen, disminución de la calidad de trabajo y alteración de la organización del trabajo.

"Lo más recomendable en esta situación es desarrollar actitudes asertivas, buscar el apoyo inmediatamente de un delegado sindical, supervisor o autoridad, mantener firmeza y seguridad, hablar de la experiencia vivida con compañeros de trabajo y averiguar si otras mujeres se han encontrado o se encuentran en la misma situación", concluyó.

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