El mal uso de Whatsapp degenera en conflictos sociales

Las aplicaciones de mensajería instantánea pueden ser sinónimo de conflicto en las relaciones de pareja. La escritura rápida, la carencia o el mal uso de signos de interrogación, añadido a la falta de contacto visual entre los interlocutores, degeneran en problemas de comunicación.

Las cifras ofrecen un contexto. Según Forbesmagazine.es, aplicaciones como Whatsapp se han convertido en una herramienta prácticamente indispensable en la interacción humana moderna.

La publicación dice que cada usuario de la 'app' de mensajería mira unas 23 veces al día la pantalla del celular, con el fin de saber si recibió un mensaje. Diariamente se envían aproximadamente 54 000 millones de mensajes y la aplicación está disponible en 32 versiones de idiomas. A escala mundial cuenta con más de 800 millones de usuarios.

Esa forma virtual de relacionarse es la que, según Paula Borrero, psicóloga citada en Abc.es, provocaría conflictos en caso de no usarse correctamente. Es por ello que la experta en terapias cognitivo-conductuales ofrece tres consejos puntuales que pueden hacer más llevadero el diálogo virtual.

Las cosas importantes se dialogan directamente

Los temas relevantes no debieran tratarse a través de la mensajería instantánea. Según la experta, por más que se quiera 'graficar' el mensaje con un 'emoji', no es posible reemplazar el efecto del tono, mirada y gestos existentes durante una conversación personal.

Mensaje visto no asegura respuesta

Desde noviembre de 2014, la aplicación Whatsapp permite saber cuándo un mensaje enviado ha sido leído por el receptor. En ese sentido, Borrero señala que existen "casos de obsesión por recibir contestación".

En esa línea, aclara que conectarse no significa que la persona quiera comunicarse. "Muchas veces se accede para para releer mensajes antiguos, comprobar últimas horas de conexión, ver si alguien está conectado". Esa falta de contestación, en aspectos negativos, puede asumirse como una falta de interés de parte del interlocutor.

"Cuando se trata de parejas, la imaginación se desata con pensamientos negativos que generan desconfianza e inestabilidad en la relación", indica. Además, acota que si en verdad existe un tema de interés que debe dialogarse, la respuesta no debe buscarse en los mensajes.

Comunicación, no entretenimiento.

Whatsapp no es sinónimo de entretenimiento. La herramienta debe usarse como un recurso de comunicación, enfatiza la psicóloga. Lo dice en referencia a la práctica, cada vez más común, de acceder a la 'app' en intervalos menores a 10 minutos, ya sea en soledad en actividades sociales. "La posibilidad de estar en contacto permanente con nuestras amistades nos hace perder atención sobre lo que pasa aquí y ahora. Esto puede molestar a la pareja ya que se transmite la sensación de que su compañía no es importante".

Paula Borrero recomienda silenciar la aplicación y centrarse en las personas que están alrededor para evitar conflictos de esa naturaleza.

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