Haga la prueba. Ingrese a la red en línea de videos YouTube y escriba: violencia. Aparecerán no menos de 1,5 millones de resultados.
La cifra será mayor (unos 2,8 millones) si escribe: alcohol. Son las categorías más buscadas en el mundo, según un estudio hecho este año por investigadores de la Universidad de Pittsburgh, en EE.UU.
La investigación da cuenta de que los 70 videos más populares están relacionados con el consumo excesivo de alcohol y sus secuelas. Vienen acompañados de actos violentos.
Estos videos analizados se han reproducido cerca de un tercio de mil millones de veces.
La exposición de este tipo de imágenes banaliza el comportamiento, al no exponer las consecuencias negativas de los actos, especialmente en los niños, como refiere la psicóloga ecuatoriana Esther Horowitz.
Ella explica que ahora existe una mayor apertura para que los pequeños estén en contacto no solamente con violencia en la Internet, sino también con imágenes que resaltan el uso de drogas, alcohol o contenidos sexuales. Antes, sigue la psicóloga, los menores accedían a los contenidos más a través de películas o videos que se proyectaban en la televisión o en el cine y con mayor presencia de los padres. Pero ahora tienen dispositivos personales que dificultan el acompañamiento.
¿La respuesta es prohibir el uso de YouTube? No. Cuando Jonatan Mancero, padre de José de 12 años, se dio cuenta que su hijo se interesó por esta plataforma a los siete años buscó información y ayuda.
Los especialistas coincidieron en que es importante que el menor se interese por buscar y familiarizarse con la web. En lugar de restringir el contacto con estas páginas, él y su madre dedican más tiempo para aclarar sus dudas y explicarle cómo aprovechar su uso.
A Daniela Martínez le ocurrió algo similar. Su hija de tres años es fanática de los videos en YouTube. Las canciones infantiles, series cortas y hazañas de otros bebés son los contenidos que ambas disfrutan más.
Para Martínez, todavía es muy temprano para que la niña lo haga por su cuenta, pero la prepara para que se relacione con la tecnología y comienza a diferenciar lo bueno de lo malo.
La psicóloga Esther Horowitz Horowitz coincide en que no se puede ver a la tecnología como un tabú. Acciones violentas, como jóvenes que matan a sus compañeros de clase, “suceden también porque no se habla de esto, que es algo que existe en la realidad y está disponible para los niños”.
En el colegio en el que trabaja la docente Carla Vejar incluso se ha buscado incluir el tema en las clases y se discute abiertamente con los alumnos de primero de básica. A la semana tienen 45 minutos semanales destinados para la utilización de la tableta. La actividad es guiada y se incluye a los padres.
Se les explica, por ejemplo, que el mismo YouTube cuenta con una aplicación para niños. Se llama YouTube Kids y está disponible gratuitamente desde febrero. Reúne contenido apropiado para los más pequeños del hogar. La ‘app’ tiene videos de espectáculos, música, aprendizaje y exploración, además de tutoriales de matemáticas y ciencia.
- Aplicaciones para una desintoxicación digital