Por el delito de homicidio calificado en razón de parentesco, el Juez 69 Penal del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, dictó auto de formal prisión a la psicóloga María Alejandra Lafuente Casco, quien se hacía pasar por enferma mental, luego que se descubrió que mató y descuartizó a su esposo cuyos restos fueron esparcidos en diferentes puntos de la ciudad, pero la cabeza y las manos las guardaba en su domicilio.
Cabe precisar que la víctima era hijo de Adrián Carrera Fuentes, ex director de la Policía Judicial Federal.
Se reportó en el espacio de "José Cárdenas Informa" que la probable responsable cuenta con antecedentes penales por el delito de lesiones en contra de su primer esposo.
Cabe señalar que el pasado 6 de noviembre en la esquina de las calles de Anáhuac y Quintana Roo, de la Colonia Roma Sur en la Delegación Cuauhtémoc, se localizó un torso humano sin extremidades torácicas ni cervicales. Mientras que en la calle de Jaspe de la Colonia Valle Escondido, en Tlalpan, ese mismo día fueron localizadas las extremidades superiores e interiores, sin manos ni pies, también al interior de bolsas de plástico.
La necropsia reveló que todas las partes pertenecían a una sola persona, la cual fue identificada como Alan Carrera Cuellar de 41 años.
Se sabe que la ex alumna de la Universidad de las Américas utilizó un instrumento punzocortante de bordes dentados para desmembrar el cuerpo.
La Fiscalía a domicilio entrevistó a los familiares quienes destacaron la relación sentimental con varios problemas que tenía el occiso con su pareja, por lo que al registrar el domicilio de la probable responsable en la Colonia Tepepan encontraron la cabeza y las manos de la víctima en el interior de bolsas de plástico, así como una sierra eléctrica. Hallaron sangre en una de las recámaras, en el baño, además partes del colchón y la alfombra fueron cortados para borrar evidencias.
Al rendir su declaración ministerial María Alejandra Lafuente Casco cayó en contradicciones por lo que terminó aceptando su responsabilidad de los hechos.
Entre los elementos de prueba integrados al expediente, hay testimoniales que revelaron que la inculpada pretendía hacer pasar con vida a la víctima entre sus amistades y familiares ya que supuestamente envió mensajes de texto durante un mes.
Cabe señalar que con el propósito de desviar las investigaciones esta mujer aprovechó su condición de profesionista en psicología para ingresar a un instituto psiquiátrico en calidad de paciente, no obstante, mediante cúmulo aprobatorio reunido se estableció su probable participación en el homicidio de su marido.