Para comunicarse con un adolescente que no quiere compartir sus vivencias, que contesta con monosílabos y que lo cuestiona todo, lo primero que deben hacer los papás es ser sensatos, dice Martha Páramo, psicóloga y terapeuta familiar.
En su libro "Misión imposible: Cómo comunicarnos con los adolescentes", escrito en colaboración con Alexis Schreck, psicoterapeuta y psicoanalista, las especialistas invitan a mirar los problemas de los adolescentes desde un nuevo enfoque.
Cuando llega la adolescencia, no son sólo los chicos quienes entran en crisis, dice Páramo, sino que los papás también enfrentan varios problemas.
"Así como el adolescente transita por cambios fisiológicos muy importantes, los papás también estamos sujetos a una serie de cambios hormonales y físicos, mientras ellos van de subida, los papás vamos de bajada.
"Además, los papás enfrentamos un duelo por el niño que perdimos y caemos de nuestros pedestales porque nuestros hijos dejan de vernos como superhéroes, dejan de adularnos y se convierten en nuestros jueces más críticos", detalla la doctora en psicoterapia psicoanalítica.
Buscan su autonomía
Lejos de pensar que los hijos han dejado de quererlos porque ahora critican cada cosa que hacen, Páramo aclara a los papás que un chico que ya no idealiza a sus padres está haciendo bien una de las tareas propias de la adolescencia, la construcción de autonomía.
"Hay que apelar a la sensatez, a la racionalidad y la comprensión", aconseja, "antes de pensar que el adolescente tiene un problema, los papás tienen que buscar en su interior, tolerar la incertidumbre de ya no tener el control de sus hijos, hacerse cargo de sus propias ansiedades y sus duelos por haber perdido a su pequeño adulador".
En el libro, las especialistas detallan varios signos que indican la necesidad de buscar orientación psicológica profesional como autolesiones, mentiras compulsivas, periodos de insomnio prolongados, problemas de socialización, aislamiento o conductas permanentemente transgresoras y opositoras.
Pero en lo cotidiano, Páramo insiste en que la buena comunicación con los adolescentes se sustenta en la capacidad de los padres de ser razonables y sensatos.
"Los padres tenemos que ser capaces de renunciar a saber todo de ellos porque si realmente deseamos su autonomía tenemos que aprender a confiar en ellos y a ser respetuosos de sus procesos de intimidad.
"Hay cosas que no nos van a querer compartir y está bien; es verdad que están en permanente riesgo de equivocarse pero no podemos evitar que vivan lo que tienen que vivir, tenemos que apostar a confiar en lo que hicimos por ellos en el proceso de crianza", recomienda.
La especialista con 27 años de experiencia en la consulta privada, advierte que muchas veces las expectativas que tienen los papás sobre la comunicación con sus hijos, están muy alejadas de la realidad comunicativa de los adolescentes.
"Si estás con un adolescente temprano de entre 11 y 15 años, tienes que aceptar que te conteste con monosílabos, que se limite a decir sí y no, esa es la comunicación esperable y deseable que podemos tener con ellos en esa etapa.
"Y también debemos saber que dos semanas después el mismo adolescente podría soltarse como perico. Lejos de decirle 'ubícate, sé congruente', los papás debemos empezar por ser tolerantes y no tomarnos personal que un día parecemos sus confidentes y otro día no nos quieren contar nada", aconseja.
Poner límites
Una de las razones que motivan las discusiones con los adolescentes son los límites, por eso la psicóloga aconseja elegir muy bien los campos de batalla.
"Como papá tienes que decidir cuáles son los límites que no están sujetos a ningún tipo de negociación, por ejemplo, los que tienen que ver con no permitir conductas que atenten contra su integridad física y emocional, como no dejar que se lleve el coche si sabes que va a ir a una fiesta con los amigos y va a tomar", propone.
Pero también hay cuestiones negociables como el corte de cabello o la vestimenta, que aunque puede molestar a los papás, no afecta la integridad de nadie en la familia.
"Tal vez te choca que se ponga cinco veces los pantalones cochinos y quisieras que se pusiera algo más decente para ir a las reuniones familiares, pero tienes que aprender a soltar esas cosas, después de todo, con eso no está dañando a nadie ni a sí mismo", reflexiona.
Desde la experiencia en la consulta, la psicóloga advierte que hay conductas de los padres que dañan profundamente a los adolescentes.
"Algo que lastima mucho a los chicos son los padres 'adolescentosos', los papás que se sienten los cuates de sus hijos, que andan en el mismo rollo, se quieren divertir como ellos y no ejercen su rol paterno.
"También los papás impositivos y autoritarios que repiten los mismos patrones que ellos padecieron; y los papás injustos y arbitrarios, eso es algo que a los adolescentes les provoca mucho enojo e impotencia", detalla.
Comunicación efectiva
Para lograr comunicarte con tu hijo adolescente:
- Hazte cargo de tus ansiedades, tus duelos y tus intolerancias.
- Trabaja contigo antes de criticar y culpar a tu hijo.
- No violentes la intimidad y la privacidad de tu hijo.
- Elige tus campos de batalla, sé firme con los límites que no sean negociables en tu familia pero no conviertas todo en motivo de conflicto.
- Nunca pongas a un adolescente entre la espada y la pared, dale espacio de maniobra.
- No sobreprotejas a tu hijo, necesita desarrollar independencia y autocuidado.
- Nunca lo abandones y no seas inconsistente desde el punto de vista afectivo, no puedes adorarlo un día e insultarlo al día siguiente.