Rebanar el brazo, disminuir la papada y borrar las 'llantitas' para que la foto que mostrará en las redes sociales quede perfecta es muy fácil de lograr.
Pero si todas las imágenes que muestra deben pasar ese "proceso de calidad" y se teme ser visto como en realidad es, puede que tenga dificultad para autoaceptarse, asegura Alma Munguía, terapeuta de TEPAL, Psicoterapia Corporal y Desarrollo Humano, que opera en la Ciudad de México.
Eso habla de una "autoestima pobre, limitada, de que no se tiene una personalidad y una imagen propia sólidas", comenta.
Esta práctica no significa que se tenga un trastorno mental, pero sí indica que la persona vive con una gran carga de frustración, explica Daniela Martínez, psicoterapeuta de la asociación civil Cuerpos en Peligro.
Hay que considerar y tener claro que los ideales de belleza que nos presenta la publicidad y los medios son prácticamente irrealizables, explica.
"Causa muchísima frustración porque no entramos en el estereotipo que se maneja y estamos todo el tiempo pretendiendo ser lo que no somos", indica.
El riesgo, coinciden ambas terapeutas, es crear una personalidad alterna y aislarnos.
"Resulta que aunque en redes sociales estemos conectados a 300 o más amigos, nuestro círculo de interacción real sigue siendo reducido: es el mejor amigo o amiga, un grupo de unas cinco personas y la familia más cercana", señala Munguía.
Al modificar la imagen propia y preferir una superficial, te orilla al aislamiento porque en lugar de hablarle a las personas para verlas, prefieres mandar un mensaje vía whatsApp o interactuar por Facebook”, advierte Martínez.
"Se hace un círculo vicioso. Cada vez somos más dependientes de la tecnología y nos aislamos", agrega.
En la salud mental influyen habilidades sociales como la autoestima, la asertividad, la toma de decisiones y la solución de problemas, y para desarrollar cada una de ellas es indispensable ser congruente, plantea Vicenta Hernández Hadad, psicóloga del Centro de Investigación, Terapia y Educación de la Sexualidad, en la Ciudad de México.
Cuando una persona detecta que está viviendo una incongruencia puede buscar a un especialista para descubrir qué miedos están propiciando que viva de esa manera", señaló.
Es una oportunidad para descubrir el por qué de ese deseo y al final valorar si es necesario o no el retoque, agregó la psicoterapeuta corporal.
"Quizá debiéramos reflexionar si la vida de apariencia que se vive, es, consciente o inconsciente, ¿por miedo a la muerte, al fracaso o por la envidia que me despierta que otros luzcan mejor que yo, o será todo junto?", propuso Hernández Haddad.
"Tener autoestima es reconocer el fracaso, revisar cómo llegué a él, qué puedo aprender de esta experiencia para no volver a repetirla", concluyó la psicóloga.
Las especialistas sugieren reconciliarse con su cuerpo y dejar de preocuparse en exceso sobre cómo lucen.
"No quiere decir que no nos tengamos que peinar bonito, usar maquillaje, vestirnos limpios. Necesitamos seguirnos queriendo, pero no por querer transformarnos en una persona que no somos", sugirió Munguía.
¿Autoestima baja?
Ser conscientes de estos síntomas y atajarlos redundará en una mejora de nuestro bienestar físico y psicológico.
-Actitud negativa: Los pensamientos negativos controlan todo lo que hace la persona y todo lo que deja de hacer.
-Descuido de la apariencia física: Poca atención a su cuerpo, a su ropa. o bien hace justo lo contrario, cuidar la apariencia física para enmascarar su inseguridad.
-Estilo de vida poco saludable: La persona no se ama a sí misma lo suficiente como para estar pendiente de cuidados básicos del cuerpo.
-Miedo: Ya tenga una causa lógica o no, es un compañero permanente de la persona con una autoestima baja.
-Timidez: Esta inseguridad es propia en personas que se atribuyen a sí mismas poco valor.
-Falta de ambición: Se traduce en la falta de metas, objetivos, ilusiones, sueños.