COLOMBIA: El Salado"endulza? con toques de paz a Sabor Barranquilla / El Heraldo / A Josefa Márquez, de 78 años, no le amargó la vida el desplazamiento, con su desparpajo llegó a Sabor Barranquilla para compartir sus recetas tradicionales, aprendidas en un fogón de leña del Salado, Bolívar. El mismo lugar donde hoy se cocina la paz y se fortalece la identidad del pueblo.
La cocina de tradición fue el eje central de la charla Retorno al fogón: Sabor, resistencia e identidad, que realizó la psicóloga Jennifer Marsiglia. En su intervención habló de las costumbres sociales vinculadas a la actividad culinaria en el Salado, como la transmisión de las recetas de madres a hijas, las actividades de caza, la fabricación de artefactos como los pilones, meneadores, morteros, entre otros.
"La cocina no es solo un asunto de mujeres, el hombre también está vinculado a través de cultivo, la ganadería, cada actividad que confluye o se deriva en la cocina", explicó Marsiglia.
Mientras la psicóloga contaba los pormenores del proyecto de Laboratorios culinarios itinerantes, Josefa prendió los fogones, picó con destreza varias cebollas y empezó a saltearlas en el sartén para luego incluir huevos y revolver los ingredientes con una sonrisa en los labios y una paciencia adiestrada en los tiempos de cocción."Estos son huevos revueltos picantes, tienen cebolla y un ají pequeñito que es bravo, ese sí pica", dijo con soltura ante el público que estuvo atento a sus movimientos.
Luego empezaron a circular los bollos preparados por Josefa, unos de maíz y otros de patata que ella sugería acompañar con tacalí, un polvillo rojizo que preparan a partir de las semillas de ahuyama tostada.
La alegría de compartir la comida contrastó con su historia que contó con ánimo sereno. "Tuve un dolor muy grande, me mataron un poco de gente, fui dos veces desplazada. Tengo una sobrina que no ha tenido vida después de eso", comentó a alguien que le preguntó por su experiencia. Josefa no se autodenomina víctima, fue dueña y señora de su trono culinario desde el que contó sus secretos para los bollos, dulces, sopas y las especialidades de su pueblo.
Al salón Lácydes Moreno llegaron, con Josefa Márquez, los dulces sabores del Salado. Para la psicóloga, los laboratorios y compartir en escenarios como Sabor Barranquilla aportan a la recuperación de los lazos desde la cocina.
"En el Salado mujeres como Josefa reciben en sus cocinas a los niños y jóvenes para formar identidad y amor desde la cocina, más allá del rótulo de víctimas de la violencia", dijo.
Con Información de El Heraldo
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