MADRID, 3 Dic. (EDIZIONES) -
Sexta hija de Sigmund Freud, Anna Freud nació el 3 de diciembre de 1895 en Viena (Austria), hace justo 119 años. Trabajó con su padre en el desarrollo de la teoría psicoanalítica, aunque destaca especialmente por haber suministrado las bases del campo de la psicología infantil, en donde fue pionera.
Su 119 cumpleaños lo celebra este miércoles Google, que ha creado un 'doodle' en su honor: la palabra 'Google' sale de la mente de un niño, todo lleno de colores y formas geométricas.
La principal obra de Anna, 'El yo y los mecanismos de defensa' (1936) se ha convertido en un clásico de la psicología. Este libro describe cómo funcionan las 'defensas' de las personas, prestando especial atención a los adolescentes.
Anna Freud tuvo una relación muy especial con su padre; éste la llamaba 'demonio negro' por su personalidad aventurera y Anna Antígona, en referencia a la hija de Edipo que, cuando estaba ciego, lo guiaba por Grecia. Además, Sigmund fue también su psicoanalista durante varios años y sus teorías son de las que parten los trabajos de Anna, aunque pronto encontraría su propio camino: el análisis de niños y adolescentes.
La psicoanalista observó que la relación del paciente con su terapeuta no es igual en niños y adultos, por lo que tampoco lo es la forma de comunicarse con ellos. Así, determinó que el psicólogo no podía ser un sustituto del padre, pero tampoco un compañero de juego: debía convertirse en una figura de autoridad pero encontrar su lugar entre 'amigo' y 'padre'.
Otra de las principales aportaciones de Anna Freud es la de que los niños tienen problemas 'más inmediatos', por lo que su forma de expresarlos es totalmente diferente a la de los adultos. Mientras que estos utilizan unos mecanismos más simbólicos, los niños son más claros y muestran sus problemas a través de su conducta y sus emociones.
También contribuyó a fundar la publicación anual del Estudio Psicoanalítico del niño en 1945, y creó varios centros para niños, entre los que destaca la Hampstead Child Therapy Course and Clinic (1947) de Londres, donde desarrolló la mayoría de sus contribuciones al estudio de la personalidad en menores.
Anna vivió en Londres desde 1938, año en el que se exilió con Sigmund tras la invasión de Viena por parte de las tropas de Hitler. Allí se dedicó a cuidar de su padre hasta la muerte de éste en 1939 y, tras su fallecimiento, continuó dedicándose a los niños. Murió el 9 de octubre de 1982.
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