Una particular situación denunciaron a través de la sección de Cartas al Director de La Prensa Austral, un grupo de estudiantes de la carrera de Psicología de la Universidad de Magallanes. Estos dan cuenta de una verdadera crisis interna tras el cambio de director de escuela y los rumores de la salida de un docente nuevo español.
“A comienzos del presente año, a todos los estudiantes de Psicología se nos informa de la llegada de un nuevo docente español con altas capacidades y destrezas académicas e investigativas, lo cual en el transcurso del año, pudimos comprobar con creces a través de las clases que dictaba”, prosigue la misiva relatando que: “A comienzos del segundo semestre, llega un nuevo director de escuela y empiezan a correr rumores sobre la continuidad del docente español (y también rumores de otro tono). Esto como estudiantes, nos produjo mucha incertidumbre e inseguridad, y nos motivó a pedirles información y respuestas a las distintas autoridades de la escuela y la facultad, por medio de la vocería de estudiantes de Psicología pero nadie nos da respuestas”.
Asimismo, indican que los alumnos de primer año de la carrera enviaron una carta al rector de la Universidad, Juan Oyarzo Pérez, donde se le solicita que entregue respuestas claras y concisas respecto a la situación actual del profesor en cuestión, reparos que a la fecha no han sido respondidos.
Docentes responden
Al respecto, cinco docentes de Psicología, entre ellos el director de la Escuela de Psicología, Rodrigo Cárcamo y del jefe de carrera, Manuel Lorenzo Soto, emitieron una declaración pública en donde lamentan los dichos de sus estudiantes ya que “no favorece el clima de sana comunicación que directivos y docentes intentamos favorecer al interior de la escuela”.
En cuanto al fondo del cuestionamiento, aclaran que “las contrataciones, elección de directivos, términos de contrato y otras materias relacionadas, son decisiones que siempre están inspiradas en la mejor formación profesional de nuestros estudiantes”. De igual manera expresan que “dadas las exigencias éticas que rigen nuestro quehacer profesional resulta imposible dar cuenta de las circunstancias específicas que justifican aquellas decisiones emanadas del pleno del Consejo de la Escuela, cuando comprometen aspectos privados de las personas”.
Concluyen manifestando que “la solución a este conflicto conlleve al crecimiento y aprendizaje de nuestra comunidad educativa, favoreciendo la comunicación y respeto entre las partes”.