Debido a la situación biológica, psicológica, social y cultural de los adultos mayores estos necesitan un trato preferencial al de los usuarios de otras edades. La problemática del envejecimiento aun sin padecer enfermedad compleja desestabiliza en algún momento al sujeto ocasionándole en el mejor de los casos una crisis vital, señalo la Psicóloga María Isabel Maldonado Marenco, Encargada de la consulta de psicología de la Clínica de Medicina Familiar Mérida del ISSSTE.
Dijo que en el trabajo cotidiano de la consulta de psicología del ISSSTE, se desarrollan diversos tratamientos en la mentalidad del deterioro físico que sufren los adultos mayores, las metas en esta etapa de la vida son basadas en la adaptación a diversas circunstancias existenciales, los adultos mayores deben aprender a vivir con las enfermedades crónico degenerativas propias de la edad, no es fácil aceptar que se tienen que realizar cirugías, los problemas de memoria, las distorsiones en la forma de dormir, la sexualidad, los cambios y los duelos, en esta edad se padecen cuadros de ansiedad, estrés y depresión.
La doctora explico que la labor que realiza el ISSSTE consiste en entender las creencias del paciente, tratando de disminuirle limitaciones e incapacidades a través del baile, las artes, las manualidades, la charla, la lectura, el deporte, mejorando su calidad de vida y aislamiento en ocasiones, desarrollando mayor autonomía, e incrementando interacciones sociales que a la vez les despierten nuevos intereses.
Dijo que la ansiedad en el anciano es muy común y se presenta habitualmente como una agitación nerviosa, similar a la de los niños, motivada con frecuencia por el temor a sufrir pérdidas y separaciones. Existe una tendencia marcada a somatizar la angustia, con las conocidas quejas físicas, que encubren generalmente síntomas depresivos.
Comento que la mayoría de los adultos mayores no habla abiertamente de su sexualidad, no la disfruta, muchos hombres tienen miedo de enfrentar la situación que ahora es diferente, piensan que serán reprendidos por sus parejas al no poderlas satisfacer sexualmente y la realidad es que hablando se entiende la gente y se pueden buscar nuevas formas para lograr una sexualidad plena.
No hay ninguna razón para dejar de besarse, abrazarse y acariciarse a ninguna edad, las manifestaciones de cariño deben de permanecer en la pareja y aceptar los cambios propios del organismo debido a la edad, la pareja debe de establecer un código de amor y cuidado.
Nuestra meta tiende esencialmente a obtener cambios en los sentimientos, pensamientos y actos, con el objetivo de mejorar la autoestima, la dignidad y el sentido de la vida.